El último cartucho
Los que ya vivieron la anterior crisis, algún cartucho ya tiraron por lo que alguno menos ya tienen, los que nacieron después de la crisis a lo largo de su vida empresarial alguno también habrá tenido que utilizar pero tanto en un caso como en el otro, en los últimos tres años la mayoría coincide en haber utilizado la gran parte de los que tenía, cuando no todos.
Cuando nace una empresa, el mismo día de su constitución te dan una caja de cartuchos “salvaempresas” marca acme, para utilizarlos sólo en caso de emergencia a lo largo de su vida.
En los primeros dos años se suele utilizar uno, ya que se espera recuperar la inversión en 6 meses y casi nadie lo consigue, lo normal es que en estos dos primeros años, dependiendo del volumen de la empresa alguno más o alguno menos, se tenga que recurrir a algún tipo de ayuda, llamémoslo Préstamos ICO, financiación en entidades bancarias o contratar algún profesional para asesoramiento.
Las empresas, desde que empezó la crisis, han recurrido ya a todos los cartuchos posibles, ayudas económicas, reducción de las líneas de producto para quedarse con las más rentables, minimizar gastos, cerrar oficinas e incluso el conocido ERE.
Todo esto ha servido para que las cajas de cartuchos se queden casi vacías, algunas con uno, otras con ninguno.
Cuando ya no queda nada por hacer, ningún cartucho por tirar, lo único que queda por tirar es la toalla, pero todos no pueden hacerlo. Una empresa no es sólo una empresa, son clientes, proveedores, empleados…si uno echa el cierre con el caen el resto de personas implicadas y con estos las entidades bancarias ya que la mayoría de estas empresas en alguno de los cartuchos ha pedido un préstamo que tendrá que dejar de pagar, con lo cual entrará en mora, esta recaerá con la oficina y tras miles de llamadas al gerente para que refinanciarle, la respuesta será siempre la misma… estoy en acreedores.
Los afortunados que cuentan con un último cartucho tienen que cuidarlo como oro en paño ya que de esto depende su subsistencia.
El cómo utilizarlo debería ser objeto de un exhaustivo estudio por parte de especialistas en empresas . A algunas empresas cuando se les habla de inversión en este tipo de especialistas, siempre dicen lo mismo, que mejor que ellos nadie sabe como llevar su empresa, que qué le van a decir nuevo, que si ya no se puede hacer nada más, y una larga lista de excusas para evitar la inversión.
¿Porqué es tan importante esta mínima inversión?
Pues porque sólo les queda un cartucho y porque llamemos a este ERE, refinanciación de deudas, negociar con proveedores, cerrar planta productiva o como le llamemos su nombre es Último Cartucho . Y como su nombre indica es la última oportunidad para evitar el hundimiento del barco y el ahogamiento de todos sus tripulantes.
Un empresario conoce su empresa y sabe cuando esta enferma y por muy padre que seamos, carecemos de los conocimientos y la experiencia necesaria para poner un tratamiento. Son los especialistas los que tras analizar la gravedad de la enfermedad decidirán que tratamiento poner y a partir de ahí sólo nos queda cruzar los dedos y encomendarnos a Santa Gema (patrona de los imposibles).
No podemos echar toda la culpa a la crisis, dentro del mismo sector hay empresas que cierran y otras que se mantienen, por algo será. Por estos motivos y teniendo en cuenta la importancia de mantener la empresa viva, ya que para eso se realizó una inversión inicial, es importante que el último cartucho se utilice de la mejor forma posible y no nos planteemos el famoso ERE como medida.
El ERE no es una medida para adoptar como último recurso antes del cierre, una empresa especialista en estos temas estudiará todos los ámbitos de la empresa, tanto las opciones de expansión como las de reducción.
En nuestra experiencia nos encontramos con empresas que nos piden estudios para salir de la crisis de la mejor forma posible pero no quieren escuchar la palabra inversión, ni expansión sólo quieren escuchar que tenemos una fórmula mágica para que su empresa arranque de nuevo. No somos magos, somos economistas especialistas en empresas y en especial en aquellas que están en una difícil situación. A veces, el camino más rápido a la meta no es el camino más recto, o el más obvio.
Si no llevamos a nuestra empresa enferma al especialista y esperamos a que se cure sola o le ponemos parches, al final, la enfermedad se extenderá por todas partes y no habrá cartucho que la salve.
La idea es que a los primeros síntomas, sea el especialista el que indique el tratamiento a seguir, un tratamiento objetivo sin tener en cuenta sentimentalismos propios de padre que no nos dejan ver donde realmente está la raíz del problema.
Una vez utilizado el último cartucho y encomendados a Santa Gema, la empresa en pocos meses debería recuperar su salud, quizás no una salud de hierro como al principio pero se ha salvado y ahora solo nos queda…. Volver a rellenar nuestra caja de cartuchos para poder hacer frente a cualquier otra situación que se nos plantee.
Como rellenar nuestra caja es muy fácil, una vez, la empresa empiece a recuperarse, tendrá que hacerse fuerte e ir de vez en cuando a la consulta hasta conseguir una salud de hierro, una vez conseguido, habrá que sentar los pilares que nos hagan rellenar , de nuevo, nuestra caja marca acme.
