Temores al dejar de ser empleado y convertirse en empresario

convertirse en empresario

Ser empresario y tener tu negocio propio  no es algo fácil y tampoco es algo de lo que se esté exento de riesgos. Pero a pesar de estas circunstancias, las ventajas y las posibles ganancias que puedes desarrollar pueden ser amplias y vale la pena vivir esta experiencia.

Montar un negocio propio con frecuencia atrae a muchos gente con buenas aspiraciones con ideas de negocio verdaderamente deslumbrantes, a pesar de las limitaciones que se puedan tener para comenzar un proyecto. Ser un emprendedor no es para gente débil y que se doblegan con facilidad en el primo de los intentos. De todas formas hay muchos temores alrededor de la idea de montar una empresa que rondan siempre y que nos paralizan antes de dar los primeros pasos, aunque todo no es malo y siempre hay un aprendizaje detrás de todo este proceso.

Dicho esto, sigue habiendo mucho temor a emprender y aquí reseñamos los más importantes:

– Temor al inicio:

El primero y el más obvio de los miedos es el miedo a iniciar el proyecto en sí. Incluso si ya han probado la idea de forma exhaustiva, hay una tendencia a postergarlo, a retrasar la decisión en sí, por uno u otro motivo, con el temor al inicio.

– Futuro incierto:

Tal vez lo más terrible de todo es el miedo a lo desconocido. Ya que el futuro es tan impredecible, los emprendedores se sienten presos en sus propios pensamientos, el temor a lo desconocido puede ser el enemigo más importante.

– El apoyo financiero necesario para mi negocio:

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Disponer de fondos suficientes y constantes es una necesidad para cualquier negocio para poder mantenerse a flote. Cualquier empresario debe asegurarse de tener un flujo de caja y el suficiente apoyo para superar cualquier reto financiero imprevisto e incluso poder sobrevivir las pérdidas y a los malos momentos. Saber de ¿Cuánto dinero se necesita para abrir un negocio? puede ser de gran ayuda.

– Temor a no poder encontrar al socio adecuado:

En etapas posteriores de tu negocio te vas a encontrar con la necesidad de contar con aliados para delegar responsabilidades, ampliar horizontes y desarrollar nuevos objetivos. Sin embargo, vas a tener que luchar mucho para encontrar a la persona adecuada para que sea tu socio, una mala decisión podría tener complicaciones importantes en el futuro.

 – Lograr la independencia:

Para mucho que han cruzado la línea del mundo corporativo, al inicio va a resultar duro trabajar en un modelo incierto y no estructurado de trabajo. Por lo tanto, aunque es una ardua tarea al principio, vencer esta etapa lo más rápido posible liberará nuestra mente.

– Temor a no poder conciliar la vida personal y familiar con la empresa:

A diferencia de trabajar para los demás y ser empleado, los empresarios no pueden esperar tener un horario o un número fijo de horas de trabajo ya que pueden tener más exigencia de su capacidad de trabajo en ciertos días y tener que estar disponibles todo el día.

– Miedo a la monotonía:

Una vez que tu negocio está establecido, llega un punto donde el aburrimiento comienza surgir. Es frecuente sentir monotonía con las mismas rutinas diarias y ver como decae la pasión inicial. Por ello es necesario estar en constante búsqueda de nuevas mejoras y/o retos empresariales.

– Temor al fracaso:

Este es quizás el más grande de todos los miedos: fracasar. Hay muchas estadísticas sobre el número de empresas que fracasan (La tasa de fracaso puede ser del 80 al 85%) y muchas más que lo intentan por años y años para conseguir tener éxito. Puede ser de beneficio saber de que ayudas e incentivos disponen las las Administraciones central, autonómica y local y por los organismos públicos.

– Saber manejar el éxito:

Aunque resulte extraño hay empresarios que se plantean la duda de si podrán afrontar el éxito, de saber manejarlo o no. Es paradójico, pero también resulta importante una vez llegado el éxito saber manejarlo y mantenerte para no caer.