Cómo perder el miedo a las entrevistas de trabajo

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Debes tener la certeza de estar haciendo bien las cosas, eres un candidato potencial, te han tomado en cuenta de entre cientos de personas para ser parte de un equipo de trabajo. Eso considéralo resultes o no contratado, ya se llegará otra oportunidad.

Recuerda que ambas partes están interesadas en que consigas la vacante, pues posees un talento o habilidad potencial para cumplir con un cargo específico, por esa razón fuiste llamado. Ellos vieron en ti algo distinto a los demás.

Mentalízate en positivo. Imagina un vínculo que te una con el entrevistador, él es igual a ti, un ser humano con debilidades, familia, aficiones, etc. Su posición por el momento le hará quizás más imponente, pero antes él estuvo en tu condición. No te sientas inferior a él, aprovecha cada minuto de la entrevista, prepara tus respuestas de forma inteligente y habla sólo cuando te cuestionen. A veces funciona como un mecanismo de defensa el platicar demasiado sin decir gran cosa.

trabajar desde casa

Te mostramos algunas estrategias para perder el miedo de una vez por todas:

–          Realiza una jerarquización de las entrevistas que te toca hacer a lo largo de la semana

–          Discrimina entre las más importantes y sitúalas de mayor a menor relevancia.

–          Asiste a la que hayas considerado menos importante, así puedes tomarla como un ensayo para la que decidiste en primer lugar.

Se trata de una técnica de selección para perder el miedo gradualmente, así estarás preparado para la próxima entrevista, sólo procura anotar en una hoja en blanco tus puntos buenos y los malos, para que puedas trabajar en ellos.

Por último compórtate a la altura, reflexiona y pon en orden tus ideas, sigue los consejos prácticos que te sugerimos en este blog, tales como: “Identificar y aclarar nuestros objetivos a la hora de hacer el Curriculum” y “Preguntas trampa en la entrevista de trabajo”.

entrevista de trabajo

Una entrevista de trabajo no dura más de 15 minutos, respira tranquilo y acomoda tus manos en un lugar preciso para evitar mostrarte frágil. Si estás parado frente a la puerta esperando que llegue tu turno o el reclutador está al teléfono, coloca tus pies de modo que puedas conservar el equilibrio, camina con seguridad y dale un apretón de manos, ni fuerte ni muy débil, no te sientes hasta que él te lo indique.

Concéntrate en sacar a flote tu reunión. Otro ejercicio que se te recomienda es uno muy parecido al que practican los tanatólogos para anticipar una situación de duelo. Consiste en imaginarte lo peor en tu entrevista, algo irreal y fantasioso, como que el reclutador te tire el café encima, que utilice un tono de voz grosero o que se ría en tu cara. Eso nunca va a pasar, tenlo por seguro. Muy al contrario, cuando entres a tu entrevista seguramente habrá clima con calefacción, la silla en la que te sientes será cómoda y el tono de voz que utilicen contigo será de suma cortesía, entre otras cosas.

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Practica estos ejercicios y recuerda, nada puede estar tan mal. Esos nervios que sientes son normales, a todos nos pasa por igual en la primera entrevista. Sólo siéntete a gusto y relajado, será reconfortable para el reclutador el encontrarse con alguien seguro de sí mismo, no tienes nada que ocultar, recuerda ser prudente en tus respuestas y lo demás fluirá según transcurra el tiempo… recuérdalo, quince minutos máximo.