Cómo identificar y afrontar el miedo a emprender
El emprendimiento es un mundo nuevo para quien lo lleva acabo, y como todo lo nuevo, siempre existe incertidumbre, dudas e incluso pánico. Estas sensaciones hasta cierto punto son normales y no hay quien se exente de experimentarlas. Lamentablemente puede pasar mucho tiempo en lo que nos decidimos dejar todos esos obstáculos de lado y actuar a favor de nuestro proyecto.
La confianza en nosotros mismos y en el proyecto que tenemos en mente son cruciales para emprender con éxito. La actitud con la que decidas entrar al ruedo frenará y pondrá fin a todas las dudas y los miedos, siempre y cuando sea una actitud propositiva, proactiva y valerosa. De lo contrario tus miedos te paralizarán por un tiempo no definido.
No estoy diciendo que será fácil pero, sin dar el primer paso, nunca sabrás del éxito que te estuvo esperando y tú nunca llegaste a la cita.
Emprender siempre será un acto de valentía que ocupará determinación para afrontar los problemas que surjan, pues te digo como verdad absoluta, que dichos problemas surgirán desde el comienzo y durante todo el tiempo, pero el mismo tiempo y experiencia nos enseñaran a resolverlos cada vez con más destreza y efectividad.
En IMPORTANTE destacar que existe una armadura que te hará inmune a cualquier problema o dificultad que se presente en tu emprendimiento… Se llama ILUSIÓN. Algunos autores le llama tu “para que” o tu “por qué”. Si cuentas con una Ilusión muy grande de lograr eso que te propones, no habrá poder humano que lo evite.
Así que a sacudir los miedos y pongamos manos a la obra..!!
Estaría bien comenzar por identificar nuestros miedos… tal vez sea miedo al “qué dirán”, miedo a la tecnología que desconocemos y tendrás que usar, miedo al resultado de tu emprendimiento, miedo al contacto con la gente que tendrás que conocer y relacionarte con ella como proveedores, clientes etc.
Una vez identificado el miedo tendremos que confrontarlo de una manera rápida, incluso sin pensarlo, duro y a la cabeza y las veces que sea necesario hasta ver el problema como insignificante (siempre pasa).